La publicación Mallorca Zeitung hace eco de la preocupación de los residentes alemanes por las expropiaciones de sus fincas lindantes con la vía férrea.
La mayoría de casas nuevas construídas después de 1921 lindantes con la vía férrea son de residentes extranjeros, se incluye también la urbanizació de Pula Golf cuyas casas fueron vendidas. Pocos mallorquines invertirían cerca de una vía de tren propiedad del Gobierno que en cualquier momento podría reabrirse. Sólo las casas construídas antes de la inauguración de la vía de tren son propiedad de nativos indígenas si es que aún no las han vendido.
La ley del ferrocarril explica claramente que no se puede construir a 50 m. del eje de la vía. Lo que no debe aclarar dicha ley, es si una vía se cierra, cuantos años tiene que mantenerse esta restricción o si enseguida que la vía se cierra, los propietarios, ya puden construir como si no existiera siempre y cuando se lo permita la ley de construcción en suelo rústico.
Sería interesante que los abogados de los propietarios que han construído entre 1977 y 2008 cerca de dicha vía de tren se cercioren, que los permisos que les dieron el ayuntamiento y el consell eran legales, y que, por estar la vía cerrada no era necesario tener ningún permiso de la que en su día sería la consejería de mobilidad o cual fuera la que en su día tenía la competencia del tren. Si no fuese así, suponemos que se tendrían que buscar explicaciones a los promotores.
Mal rollo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario